75 Convención Bancaria | Estabilidad política y financiera en México: Variables de éxito ante la incertidumbre global | Asociación de Bancos de México

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Versión estenográfica Acapulco, Gro., 17 de mayo de 2012

C.P. Rolando Vega Sáenz
Reconocimiento Post Mortem a Rolando Vega Íñiguez

- MODERADOR: A continuación, invitamos al ciudadano Presidente de los Estados Unidos Mexicanos, que en compañía del ciudadano licenciado Jaime Ruiz Sacristán, Presidente de la Asociación de Bancos de México, realice la entrega del reconocimiento ABM al Mérito 2012, post mortem, a don Rolando Vega Íñiguez.

Recibe el ciudadano contador público Rolando Vega Sáenz.

Recibe el ciudadano contador público Rolando Vega Sáenz

Toca el turno en la palabra al ciudadano contador público Rolando Vega Sáenz.

Palabras del contador público Rolando Vega Sáenz

- C.P. ROLANDO VEGA SÁENZ: Licenciado Felipe Calderón Hinojosa, Presidente de los Estados Unidos Mexicanos; distinguida señora Margarita Zavala; licenciado Ángel Aguirre Rivero, Gobernador del Estado de Guerrero; licenciado Jaime Ruiz Sacristán, Presidente de la Asociación de Bancos de México; distinguidos miembros del Presídium, señoras y señores, amigos todos.

A nombre de los 63 miembros de la familia Vega Sáenz y de los miles de ejecutivos y empleados que colaboraron con mi padre y lo apreciaron, me permito agradecer a la Asociación de Bancos de México el reconocimiento que de él hacen esta noche.

Es un honor muy especial el recibirlo de manos del señor Presidente Calderón, a quien puedo asegurarle, tenía en mi padre a un admirador, no sólo por su decidido enfrentamiento a los más lacerantes problemas de nuestra patria, sino también por su conducción serena y atinada de la economía nacional.

Aunque la esencia de su vida profesional fue dedicada a la Banca a lo largo de 32 años, don Rolando fue un hombre polifacético, que se distinguió en todas las actividades que emprendió, fue auditor y socio de una firma de contadores en los albores de su carrera, y también fue profesor durante 18 años de la Escuela Bancaria y Comercial.

Pero en esos tiempos, otra de sus pasiones principales, fue el tenis, deporte en el que llegó a ser campeón nacional e integrante del equipo mexicano de Copa Davis de 1946 a 1951.

Esta experiencia, le serviría años más tarde, para formar parte del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de 1968.

También en 1951, fue nombrado Director General del entonces Banco de Industria y Comercio, que años más tarde, se convertiría en Banca Confía; dedicó toda su capacidad y todo su empeño y nos consta a todos sus hijos que se dedicó a manejar el banco con inteligencia, con prudencia, con optimismo.

Fue siempre un profundo analista de los detalles más íntimos de la institución a la que conocía como la palma de su mano, y era también un excelente juez del riesgo inherente en cada operación bancaria.

Como siempre lo hizo a lo largo de su vida, mostró desde entonces cariño especial por las actividades gremiales, llegando a ser Presidente del Consejo Coordinador Empresarial y del Consejo Mexicano de Hombres de Negocios, entre otros.

En su tiempo de banquero dedicó una atención especial a los asuntos de la entonces Asociación de Banqueros de México y siempre se sintió especialmente orgulloso de haber sido el único en presidir la Asociación en tres ocasiones: 1961, 1969 y 1979.

Fue también Presidente del Club de Banqueros de 1982 a 1988.

Don Rolando salió de su oficina del Banco el 31 de agosto de 1982, y nunca más pudo entrar en ella por la absurda, inútil y populista decisión de estatizar la Banca.

Insisto, en la palabra estatizar porque yo ya trabajaba entonces en Banca Confía, y les aseguro que la Banca no sólo era ya nacional, sino muy nacionalista.

Fue el peor golpe que mi padre sufrió en su vida profesional, pero la aceptó con dignidad y compromiso y se compensó en cierta forma cuando después pudo ver a su querida patria volver a alcanzar la estabilidad.

Los años que siguieron los dedicó a seguir trabajando arduamente y a participar activamente en muy diversos consejos, en organismos cúpula del sector privado y en actividades altruistas, presidiendo patronatos y fundaciones que atendían y aún atienden a grupos menos favorecidos de la población.

Hacia finales del 2007, mi padre comenzó a sufrir una penosa enfermedad que lo incapacitaría, y lo vencería en julio de 2008. El día anterior al que se presentara la enfermedad había tenido dos juntas que había presidido con toda su energía, tenía 85 años y seguía inspirando respeto y hasta algo de temor, pero también mucho, mucho cariño.

Siempre he pensado que aparte de sus muchas cualidades lo que más distinguía a mi padre era lo bien cimentada que tenía su escala de valores y la importancia fundamental que daba lo que debe ser prioritario en la vida.

En ocasión de ser entrevistado para la revista Líderes, el entrevistador le había preguntado cómo le gustaría ser recordado. Don Rolando respondió: “Me gustaría ser recordado como un hombre de familia, como un hombre que trabajó, que sirvió y que hizo de la actividad el servicio un motivo de su vida”.

No tengo duda de que viéndonos desde allá arriba debe estar profundamente orgulloso de que ustedes lo hayan recordado hoy.

Muchísimas gracias a todos.

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Asociación de Bancos de México